En el país, los hombres son más emprendedores que las mujeres, según el estudio GEM Colombia 2011.
Mientras que tres de cada cinco hombres dicen que emprenden porque identifican una oportunidad para desarrollar en el mercado, sólo a cada tres de seis mujeres les sucede esto.
Aspectos como el miedo al fracaso, la autoconfianza y las aspiraciones hacia el crecimiento también inciden.
Los hombres emprenden en mayor proporción que las mujeres. Para el caso específico de Colombia, esta hipótesis es corroborada por el GEM Colombia 2011, investigación que mostró que este año un 21 por ciento de los hombres entre los 18 y 64 años (alrededor de 2’700.000) están en el proceso de iniciar una actividad empresarial, frente a un 16,3 por ciento de las mujeres (aproximadamente 2’200.000).
Algunos aspectos psicológicos como el miedo al fracaso, la autoconfianza, la identificación de la oportunidad de negocio y las aspiraciones hacia el crecimiento, son variables que, según expertos en el tema, inciden directamente en la apuesta de emprender.
Para el caso colombiano, los datos evidencian una disparidad en la motivación para emprender entre hombres y mujeres.
Mientras que tres de cada cinco hombres dicen que emprenden porque identifican una oportunidad para desarrollar en el mercado, sólo a cada tres de seis mujeres les sucede esto.
Algunos estudios han encontrado que variables perceptuales e influencias culturales son determinantes para explicar estas diferencias.
Como parte de las primas se entienden un conjunto de percepciones subjetivas que pueden afectar la decisión de iniciar una aventura empresarial, como la confianza en sus capacidades, la propensión al riesgo y la identificación de oportunidades.
Según datos del GEM Colombia, existe por parte de los hombres una tendencia a un menor miedo al fracaso empresarial, así como una mayor autoconfianza en habilidades y conocimientos para emprender y una mejor perspectiva de crecimiento de su emprendimiento en comparación con las mujeres que realizan esta actividad.
Algunas razones que explican dichas diferencias están relacionadas con el alto costo de oportunidad que tienen las mujeres colombianas al momento de emprender, esto es, la imposibilidad de muchas de ellas a renunciar a trabajos históricamente dominados por los hombres, como por ejemplo cargos directivos o gerenciales en el mundo empresarial.
Sin embargo, muchas mujeres que sí toman la decisión de emprender su propio negocio lo hacen motivadas por la libertad que adquieren al tener una mayor independencia laboral, reflejada comúnmente en el deseo de pasar más tiempo con su familia.
Pese a estas barreras que limitan el emprendimiento entre las mujeres, los datos evidencian mayores tasas de educación superior (profesional y posgrados) en las empresarias en comparación con años anteriores.
Para este nivel de escolaridad, la percepción de la oportunidad en ellas es mayor que en los hombres, así como una mayor autoconfianza en conocimientos y habilidades, una mayor propensión al uso de tecnologías y una mayor vocación hacia el mercado internacional.
Lo anterior implica un potencial de emprendimiento de alto impacto en el caso de las mujeres con mayores niveles de escolaridad.
Los anteriores resultados pueden estar mostrando una tendencia a la disminución de la brecha no sólo en el campo laboral entre los hombres y las mujeres, sino también en el del emprendimiento.
El fomento de la cultura emprendedora en colegios y universidades debe considerar estas particularidades aún persistentes en la cultura colombiana, como el machismo y el individualismo, pero sobre todo enfrentar la superación de la toma de riesgos en niños y jóvenes.
Iniciativas como la búsqueda de actividades laborales propias, con familiares y amigos, que lleven a acciones para la generación de ingresos propios, son bienvenidas, claro está que con la guía en la planeación y ejecución por parte de las instituciones educativas.
La divulgación de historias de vida de emprendedores, cuidando la balanza para mostrar casos tanto de hombres como de mujeres, ayuda a visualizar la posibilidad de elección de la carrera empresarial como carrera profesional.
El emprendimiento por oportunidad requiere del compromiso por parte de varios actores (gobierno, privados y academia), pero sobre todo de administradores de programas empresariales que deberán establecer mecanismos para promoverlo a partir de la identificación del perfil tanto de los hombres como de las mujeres participantes.
Si bien se deben suplir necesidades de financiación, aspectos legales o de gestión, es importante desde un principio fortalecer los aspectos psicológicos de los individuos para mejorar las perspectivas de éxito de las nuevas actividades empresariales en el país.
Raúl Fernando Quiroga
Facultad de Administración, Universidad de los Andes
No hay comentarios:
Publicar un comentario